La presa de la Olla debe su nombre al rancho La Olla Grande que se erigía en la zona. La presa, por la necesidad de captar agua tras una inmensa sequía, se inició a construir en 1741, siendo Alcalde Mayor Don Juan Jiménez, terminándose las labores en 1749.La obra contó con el apoyo del virrey, pues la población guanajuatense sufría mucho por falta de agua. La mitad del coste fue cubierta por el señor Vicente Manuel de Sardaneta y Legaspi, primer Marqués de la mina de San Juan de Rayas.
Desde el año de 1750 y aún en nuestros días, se celebra la tradicional apertura de la presa, luego de las primeras lluvias de la temporada. Esto tiene como fin limpiar las aguas y poder almacenar agua limpia y fresca. El primer gobernador en celebrar tal apertura fue el Lic. Lorenzo Arellano.
Durante todo el siglo XIX la Presa de la Olla fue el abastecimiento único de agua para la ciudad de Guanajuato, hasta que la Presa de la Esperanza vino a presar ayudar.
Anteriormente, antes de realizar esta acción, se necesitaba alertar a la gente de los alrededores, con el fin de que tomaran sus precauciones, pues podían sufrir accidentes siendo arrastrados por la corriente.
Como la presa no contaba con filtros ni tuberías, la compuerta del fondo se levantaba para drenar la presa en su totalidad y desazolvarla, en tanto las compuertas superiores eran abiertas para que el agua limpiara el cauce del río.
Desde los inicios, la apertura de la presa supuso un interés para los curiosos que se acercan y observan la acción desde un lugar seguro.
Actualmente, es una de las festividades estatales más esperadas del año pues, desde finales del siglo XIX, se realiza una verbena popular en las inmediaciones, en donde se dan cita juegos mecánicos, puestos de antojitos, juegos de azar, etc., suponiendo un interés para chicos y grandes.
Se pueden comprar dulces, micheladas, fruta picada, papas fritas, panes, paletas y frituras, entre otras golosinas. La Banda del Estado interpreta melodías tradicionales antes y después de la apertura de las compuertas. Uno de los temas que no pueden faltar es “Sobre las olas”, vals del inmortal Juventino Rosas.
Generalmente esta festividad ocurre el primer lunes del mes de julio, sin embargo, cuando faltan las lluvias puede recorrerse, ya que no hay agua que liberar.
Cada año es el gobernador el que da la seña de abrir las compuestas del vaso de captación, ondeando un pañuelo blanco, en punto de la una de la tarde. El gobernador se acompaña de una comitiva de autoridades locales y estatales.
Para los trabajadores del estado, es decir, para los burócratas de alguna de las muchas dependencias del gobierno estatal, este día es de asueto.
En 1795, el intendente Juan Antonio de Riaño, debido a la belleza de las inmediaciones de la Presa de la Olla, construyó un camino para coches, que a la postre se convertiría en el actual Paseo de la Presa.
Otra obra importante ocurrió en 1832, cuando se llevó a cabo el entubamiento de las aguas de la Presa de la Olla y el levantamiento del bordo. Por otro lado, en 1849 se aumentó la cortina de la Presa.
Ante la concurrencia de personas en el lugar, se procedió a instalar faros de luz. Paulatinamente, fueron construyéndose palacios en la zona, ubicándose la zona como una de las más cotizadas de la ciudad en su momento. En 1845 se levantó la torre cuadrangular que aún se conserva y que durante mucho tiempo sirvió para aventarse clavados.
El patrono de la Presa de la Olla es San Juan Bautista, y se le celebra el 24 de junio. Cada año, se le agradece y pide por la lluvia para no enfrentar sequías. El 24 de junio de 2013, el Gobernador de Guanajuato Miguel Márquez Márquez declaró a las Fiestas de San Juan y Presa de la Olla como Patrimonio Cultural Intangible del Estado de Guanajuato.