Los orígenes hispanos de Oregón es un texto donde la historiadora y geógrafa Olga Gutiérrez Rodríguez es la principal coautora. El texto documenta un periodo de más de 250 años relativos a las primeras expediciones españolas a las costas del Pacífico de lo que ahora es Estados Unidos, hacia la mitad del siglo XVI y hasta la firma del Tratado de Adams-Onís celebrado en 1818 y referidos principalmente a lo que hoy es Oregón, pero también Washington y regiones aledañas.
Es en estas costas donde han quedado vestigios orales de épocas de leyenda, conservados por los pueblos originarios, mismos que han sido registrados en este libro y que ofrecen una visión complementaria al proceso hispano, desde una visión decolonial, que busca integrar a estos pueblos a la historia de su comunidad dándoles la misma importancia que a los hispánicos, bastante antes de que los anglosajones pusieran su pie en estas tierras, con su marca de vasallaje, y escribieran la historia oficial que se enseña en las escuelas estadounidenses, pero que esta obra busca reescribir a través de una revisión profunda basada en fuentes directas (cartas, documentos de navegación, mapas, relaciones, etc.).
Para fortuna de la parte que nos corresponde como hispanos, esta obra pone de relieve la innegable raigambre hispana de la región, muchos siglos antes del proceso de migración contemporáneo, proponiendo una enfática nota de reivindicación cultural. Esta marca hispánica quedó en los relatos de las tripulaciones, pues durante sus exploraciones redactaron correspondencia, diarios de navegación y levantaron planos, mismos que actualmente pertenecen al Archivo General de Indias en Sevilla, España, donde fueron consultados.
Pero también la marca de origen está dada en la toponimia de algunos lugares de la región, cuyos nombres en español se conservan en nuestros días. De hecho, la autora principal de la investigación aventura una serie de fabulosas y atrayentes hipótesis sobre el nombre de Oregón: las dos más plausibles nos dicen que proviene de la palabra orégano, una planta aromática y medicinal que brotaba muy espontáneamente en la naturaleza y que los exploradores vieron allí; otra nos dice que viene de la palabra “orejón”, pues los españoles veían a los nativos usar unos pendientes que alargaban sus orejas.
Es imposible abarcar en una reseña periodística toda la profusa carga historiográfica producto de esta investigación de años. No obstante, se presenta como urgente la necesidad de que los especialistas en cultura hispana en Estados Unidos conozcan este texto, de donde se desprenden valiosísimas lecciones que ya quedarán para siempre, ofreciéndonos una nueva y muy valiosa interpretación de los hechos históricos.
El lector por cuenta propia puede testificar la aventura de recuperar la presencia hispana en Oregón, pero también la de otros pueblos ajenos como los rusos, relativizando la versión canónica y abriendo el panorama a una interpretación más rica por diversa y plural.
La publicación del libro corrió a cargo del Matías Trejo de Dios, Director Ejectivo y fundador del Instituto de Cultura Oregoniana, y por el profesor Jaime Marroquín, historiador, profesor de Western Oregon University, integrante del mismo Instituto, quien es también autor del prólogo y que trabajó codo a codo con diversos especialistas para conjuntar esfuerzos y lograr un producto más redondo, acabado y con respaldo. También es importante hacer notar que el epílogo del libro fue redactado por David. G. Lewis, académico y representante de los pueblos nativos de la región, quien aportó valiosa información para la realización de este conjunto armónico.
El libro ha sido presentado exitosamente en los últimos meses en diversas ciudades de México y Estados Unidos, suscitando el interés de legos y profanos. Los interesados en adquirirlo pueden ponerse en contacto a través de Internet con el Centro de Cultura Oregoniana o comprarlo en pasta blanda a través de la plataforma Amazon.