Tenemos el honor de presentarles tres poemas del libro Otra isla llena de pájaros (Universidad de Guanajuato, 2018) del prestigioso escritor, crítico, académico y traductor Benjamín Valdivia, nacido en la ciudad de Aguascalientes en 1960 y residente en la ciudad de Guanajuato desde hace décadas.
Según su página web oficial: “Es Miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua y Miembro Correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Cursó la Licenciatura en Filosofía en la Universidad de Guanajuato, así como la Maestría y el Doctorado en Filosofía en la UNAM. Es doctor en Artes y Humanidades por la Universidad Autónoma de Zacatecas. También cuenta con estudios de Doctorado en Educación (UG). Ha recibido cursos de actualización y extracurriculares sobre las áreas de estética, poética, metodología, teoría literaria e investigación social. De 2004 a 2010 dirigió el Centro de Estudios Cervantinos de Guanajuato. Su obra publicada alcanza los géneros de ensayo, novela, teatro, narrativa y poesía, y supera los 60 libros individuales, 20 colectivos o en colaboración, 10 antologías preparadas sobre temas o autores y varios cientos de artículos publicados tanto en español como en otros idiomas. También es autor de múltiples traducciones que ha efectuado desde el inglés, francés, portugués, italiano, alemán y latín.”
Agradecemos ampliamente al autor por autorizarnos la reproducción de esta selección.

ENTRE LOS ROSTROS
En las más claras noches
he pensado las cosas menos claras.
Al día corresponden
Presentimientos oscuros.
Entre la claridad del pensamiento
y lo sombrío de las épocas
un muro de dos rostros se levanta.
De los dos rostros de la vida
nos corresponde solo uno:
el que nunca podremos elegir.
AL MIRAR
(En el decir parentético
pesa infinitamente,
entre mis labios, tu alabanza.)
(De pronto te volteas a mirar
lo que yo estoy pensando.)
(En el instante me siento ser
sabido por las lenguas de tus ojos.)
LOS QUE SE AMAN
Los que se aman no son dos:
pierden su dualidad,
se vuelven cosa-doble.
Los que se aman son un bosque
y a la vez un incendio.
Es más: los que se aman no contestan
cuando el mundo les habla.
Incluso cuando llegan los momentos sombríos
podemos contemplar
que encima de la piedra, entre lo oscuro,
dos cuerpos, de tangibles, se iluminan.