El pasado miércoles 30 de noviembre, en punto de las seis de la tarde, dentro del Museo Iconográfico del Quijote de la ciudad de Guanajuato, se presentó el libro Amorfismos de Samanta Galán Villa (Moroleón, Gto.; 1991), el cual fue publicado en septiembre de este año por la editorial independiente La Tinta del Silencio, siendo el número 22 de su colección Bocanada. Samanta o Sammy, como le apodan, se expresó contenta de poder presentar este libro en su estado natal, habiendo viajado desde su actual residencia en Oaxaca donde lee y escribe de forma asidua. La poeta fue entrevistada en vivo por el poeta guanajuatense Amaury Salvado, con quien sostuvo un diálogo sobre sus influencias, sus lecturas, sus pensamientos estéticos y su poética.
Con anterioridad, cuentos suyos habían aparecido en medios como la revista Pez Banana, Sputnik, Neotraba, Monolito y el periódico oaxaqueño El imparcial, pero éste es el primer libro de cuentos publicados de la autora, lo que la llena de orgulloso y emoción, tanto así que piensa en tatuarse el dibujo de la portada de su libro. La autora se mostró muy agradecida con la editorial, así como con el producto final de la edición, la cual señaló que estaba muy bien cuidada. Cuidaron la edición Anaïs Blues y Luis Flores Ramos. El tiraje constó de 300 ejemplares.
A autora aludió que el título de su libro obedece al juego constante con lo amorfo, lo que no tiene forma definida. Lo mismo refirió al amor, que, aunque no es un eje central en el libro, permanece como un revés de las historias. “En Amorfismos encontraremos una serie de cuentos que nos invitan a ver la vida a partir de la distorsión. Es en las historias sumergidas en la desgracia en donde podemos converger con los protagonistas, pues todos hemos probado el sinsabor de una pérdida, de un golpe y del perdón. Los personajes de estos cuentos ven su propio interior en figuras externas que los impulsan a hacer cambios que marcarán su rumbo para siempre.” Son sólo diez cuentos de variada extensión, pero que relucen como frutos de un trabajo paciente y sostenido con la escritura, apoyada en talleres y discusiones con otros amigos escritores.
El libro está dedicado a su familia, a Luis A. Ávila, a Ánuar Zúñiga Naime, Jorge Correa y Santana García, algunos de los cuales ayudaron en su proceso creativo. Para ellos mostró enorme agradecimiento y los refirió como sus “grandes maestros”. En la actualidad, la autora toma talleres con los escritores Eduardo Antonio Parra, Alejandro Badillo y el poeta Carlos Vicente Castro. Ha participado como promotora de lectura de la revista quintanarroense Materia Escrita y lleva cursos de narración en Literaria, Centro Mexicano de Escritores. Aunque ha escrito poesía, considera que su mejor carta de presentación es el cuento. Próximamente publicará una novela.
El libro que nos ocupa cimenta sus historias en una estética que usualmente se considera negativa: lo enfermizo, lo anormal, lo raro, lo extraño, lo violento, lo repulsivo. Y tienen acaso sus antecedentes en otras escritoras mexicanas como Inés Arredondo y Amparo Dávila, si bien la autora presenta un trabajo original que, si bien rinde tributo a sus influencias busca en el esfuerzo un acabado artístico que lo haga digno como literatura. De mi lectura rescato el cuento “La noche del niño” en el que un niño mata a su hermano menor por ahogamiento, en un acto en el que, contrario a lo que podría parecer, la inocencia (una inocencia perversa) es un elemento determinante. Sin duda, una voz narrativa que los amantes del cuento mexicano contemporáneo deberían considerar.
Al finalizar la presentación, la autora departió con amistades.