La moringa o jacinto (Moringa oleifera) es un árbol originario del norte de la India, que crece en casi cualquier tipo del suelo y llegando a resistir condiciones muy áridas, por lo que es muy fácil de cultivar. Se le llama también “Árbol de la vida”, por sus grandes propiedades alimenticias.
Sus hojas y flores tienen un sabor agradable y se pueden comer crudas o guisadas, siendo ricas en carbohidratos. Sus semillas se pueden comer cocidas o tostadas. La moringa tiene cuatro veces más calcio que la leche de vaca, cuatro veces más hierro que las espinacas, tres veces más potasio que los plátanos y contiene 25% de fibra. De sus semillas se extrae un aceite que se usa en ensaladas o lámparas. En agricultura, sus hojas son útiles como abono y fungicida; en ganadería, para alimentar diversos tipos de ganado. Con su madera se puede hacer leña o papel de gran calidad. Recientemente se han estudiado sus propiedades que podrían prevenir o curar el cáncer.
En casi todas las ciudades de México se comercializa en forma de tabletas como suplemento alimenticio. La planta se seca a bajas temperaturas para conservar sus propiedades. Después se muele para convertirse en un polvo fino. Cada cápsula generalmente contiene unos 250 mg de polvo puro de hoja. Se recomienda tomar al día unas cuatro tabletas, repartidas en varias tomas. Durante siglos se ha usado la moringa medicinalmente. Actualmente se sabe que refuerza el sistema inmunológico y aumenta nos niveles de energía. También contiene gran cantidad de antioxidantes, 10 % más vitamina A que las zanahorias y el doble de vitamina C que las naranjas.
Los nutriólogos lo consideran un “superalimento” por ser rico en aminoácidos esenciales. Entre sus vitaminas y minerales se encuentran, además: la timina, el cobre, el fósforo, el magnesio, niacina, calcio, vitamina k, zinc, vitamina B. Además de otros nutrientes importantes como clorofila, omegas y carotenoides.
Según el sitio Medical News Today, entre sus propiedades está el de ayudar a reducir los niveles de azúcar en la sangre, reducir la presión arterial en la hipertensión, evitar la absorción de colesterol en el intestino, disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, aumentar la capacidad respiratoria, mejorar la salud del sistema digestivo, favorecer la cicatrización, humectar la piel, mejorar la agudeza visual y combatir las hemorroides.
Su consumo es seguro en adolescentes y ancianos y es un alimento ideal para veganos y deportistas.