El hielo es capaz de ofrecer beneficios terapéuticos. No solo es capaz de controlar el dolor de las inflamaciones musculares, su utilidad más conocida, sino que, de acuerdo a una medicina tradicional China, es capaz de reportar una serie de mejoras en la salud.
Hay una técnica llamada Feng Fu que promete soluciones en una amplia gama de trastornos: asma bronquial, estrés, depresión, insomnio, infertilidad, problemas con el ciclo menstrual y debilidad general. El uso del hielo para estimular la salud es muy frecuente en Oriente y se considera fiable. Sin embargo, hay que contar con la autorización de un médico, si se está embarazada o se padece epilepsia, antes de usar terapias con hielo.
La técnica consiste en colocar un hielo sobre la nuca. De esta manera se mejora el sueño, el estado de ánimo, se optimiza el metabolismo y mejoran los problemas de digestión. También es efectivo en los dolores de cabeza, muelas y articulaciones.
Tradicionalmente se realiza durante la mañana, en ayunas, o por la noche, antes de dormir. El paciente se coloca boca abajo sobre una superficie plana y se aplica un cubo de hielo en la nuca, en la base del cráneo donde éste se junta con el cuello. El hielo se deja allí durante unos 20 minutos. El paciente no debe moverse para evitar que el hielo se mueva de su lugar adecuado. Un tip consiste en sujetar y mantener firme el hielo con un vendaje.
Es normal sentir un frío insoportable los primeros segundos. Sin embargo, inmediatamente luego puede asaltarte un estado de euforia, pues se liberan endorfinas al torrente sanguíneo. Haciendo esto rutinariamente, de acuerdo a la medicina tradicional china, se obtiene una vida más saludable y plena.
Por otro lado, los beneficios cosméticos del hielo son de antaño conocido por las mujeres. El uso sobre la piel fue algo que usaron nuestras madres en sus tiempos de juventud para hidratar, tonificar y combatir algunas imperfecciones como el acné y las arrugas. Todavía existen infinidad de mujeres alrededor del mundo que lo integran a su rutina diaria de belleza.
Bastan sólo un par de hielos y tener el rostro totalmente limpio, para lo cual puede usarse una toallita húmeda o un pedacito de algodón con astringente, o bien, lavarse la cara con jabón neutro y agua caliente, para remover grasa y polvo acumulado en los poros. Luego, se envuelve el hielo en una telita delgada, como un pañuelo, para evitar la irritación que puede causar aplicarlo directamente, pues no olvidemos que el hielo también quema y puede ser agresivo para algunas personas con piel muy sensible, principalmente aquellas con tez clara. Se da un masaje con este artefacto casero sobre el cutis de la cara, haciendo movimientos circulares, haciendo énfasis en la llamada zona T (frente y nariz), pero también en las mejillas, mentón, párpados y debajo de los ojos, donde podemos tener patas de gallo o marcas de expresión. El procedimiento se puede hacer tanto de día como de noche. Cuando se hace de día, se hace obviamente antes de maquillarse. Conviene agregar que, al quitarse la grasa natural de la piel, las sombras que aplicamos duran más. Si se sufre de acné severo, conviene no aplicar este consejo, pues se puede producir una irritación indeseable.
Su uso, de acuerdo al portal Grazie magazine, es un paliativo para contrarrestar daños producidos por la polución ambiental, las desveladas, la exposición al sol o la mala alimentación. Esto ya que activa la circulación sanguínea, ayudando a deshinchar el rostro que retiene líquidos por exceso de consumo de sal, no dormir bien o ingesta de alcohol. La rutina controla las ojeras, antes de que éstas se conviertan en bolsas, con lo cual será más difícil tratarlas. Para este último caso, conviene hacer el procedimiento dos veces al día, cada doce horas, y con menos de quince minutos basta. La ciencia detrás de su combate a las arrugas, las que ya tenemos o las que podremos formar, está en la que baja temperatura tensa la piel combatiendo la flacidez; por ello también cierra los poros evitando que les entre polvo del exterior y pueda producir espinillas o afeen la cara. Así se rejuvenece el rostro y adquiere un brillo y aspecto suave, pues contiene la suficiente agua.
Como beneficio extra, se pueden preparar cubos de hielo con agua de pepino, té verde o de manzanilla o agua de rosas, ya que éstos tienen muchas propiedades, incluyendo la de reducir la inflamación. También se debe saber que no es viable exponerse mucho al sol después de aplicar esta receta, pues puedes mancharte. Después de un mes de tratamiento, notarás los cambios y ¡estamos seguros que tu carita lucirá bellísima!